lunes, 28 de febrero de 2011

"Hemos actuado como sustitutos de la banca privada"

ENTREVISTA a PHILLIPPE MAYSTADT Presidente del Banco Europeo de Inversiones

Philippe Maystadt (Verviers, Bélgica, 1948), profesor de Economía de la Universidad Católica de Lovaina, ha sido ministro de varias carteras, entre ellas la de Economía entre 1988 y 1998, la década clave previa a la creación del euro. Ahora preside el Banco Europeo de Inversiones (BEI), entidad que ha desempeñado un papel decisivo para amortiguar los efectos de la crisis con la concesión de 150.000 millones de créditos durante los dos últimos años, casi el triple que el Banco Mundial en todas sus actividades. EL BEI tiene un capital suscrito por los Estados miembros de 232.400 millones de euros y un ratio de solvencia (Tier 1) del 27%. Maystadt, junto al comisario de Asuntos Económicos, Olli Rehn, presentará próximamente una consulta pública sobre bonos para proyectos. Se trata de títulos emitidos por las empresas para financiar infraestructuras, pero que gracias a la garantía del BEI podrán obtener financiación más barata.


Pregunta. A la vista de los acontecimientos que estamos viendo en la orilla sur del Mediterráneo, ¿qué puede hacer el BEI? La gente cree que la UE no ha hecho lo suficiente...

Respuesta. Me parece que la respuesta de la Unión Europea no está acorde con la importancia de los acontecimientos de la región. Está claro que Europa debe dar una respuesta rápida a la crisis. El año pasado prestamos a la región 2.600 millones de euros. Ahora estamos pendientes de una decisión del Consejo y el Parlamento para aumentar nuestro techo legal y conceder 6.000 millones entre 2011 y 2013. Tenemos que actuar rápidamente, especialmente en Túnez y Egipto, para favorecer su tránsito a la democracia.

P. ¿En qué tipo de financiación están pensando para estos países, que tienen la mitad de la población menor de 25 años?

R. Debemos centrarnos en financiar inversiones que ayuden a crear empleo. Este es su mayor problema. Veo tres áreas de actuación: ayudas directas a ciertas industrias, préstamos a bancos locales para que financien a las pequeñas y medianas empresas y, en tercer lugar, potenciar infraestructuras de transporte y energía porque son el vehículo para su desarrollo económico.

P. Durante la pasada crisis hemos visto las dificultades de las empresas para obtener créditos de los bancos privados, incapacitados para financiar la economía. ¿Qué hizo el BEI?

R. En medio de la crisis experimentamos un fuerte aumento de la demanda de financiación incluso de las grandes empresas, que en tiempos normales se financian por su cuenta. El Consejo nos pidió que aumentáramos la financiación en 50.000 millones entre 2009 y 2010. Durante estos dos años hemos concedido préstamos por valor de 150.000 millones, es decir, 60.000 millones más que durante el periodo normal. Podemos decir: misión cumplida. Ahora tenemos que bajar y volver a los niveles de antes de la crisis.

P. Después de ver el coste que ha supuesto para los contribuyentes de algunos países sanear los bancos privados, especialmente en Reino Unido e Irlanda, ¿no cree que el comportamiento de la banca pública ha sido mucho más estable y seguro?

R. Está claro que en tiempo de crisis, cuando los bancos privados ya no son capaces de financiar la economía real, la banca pública tiene que actuar como sustituta. En realidad, durante 2009 y 2010 nosotros hemos actuado como sustitutos de la banca privada. Creo que tenemos que sacar algunas lecciones de la crisis. Creo que tanto la banca privada como la pública deben cumplir las reglas de prudencia. Nosotros no nos vimos afectados por la crisis porque fuimos prudentes. No nos embarcamos en operaciones que miran sobre todo los beneficios y son arriesgadas. No estuvimos afectados por las suprimes porque fuimos muy conscientes de los riesgos y de cómo debíamos realizar nuestra gestión.

P. En vista de los fallos y los problemas causados por la banca privada, ¿no debería repensarse el papel de la banca pública?

R. Debemos distinguir entre los tiempos de crisis y los tiempos normales. En tiempos de crisis hemos visto cómo los bancos públicos pueden ayudar, porque pueden actuar efectivamente como alternativa y en sustitución de los bancos privados. En tiempos normales, probablemente, su papel es más limitado. No obstante, los bancos públicos como el BEI pueden ser empleados para lograr objetivos políticos. El BEI, como banco de la UE, tiene la obligación de desarrollar las políticas de la Unión Europea.

P. ¿Qué políticas de la UE financia especialmente el BEI?

R. Las políticas diseñadas por la Comisión Europea 2020, que favorecen las economías del conocimiento y con especial atención en las regiones atrasadas; las inversiones en la mejora del medio ambiente, a las que el año pasado dedicamos el 30% de nuestros préstamos, y en tercer lugar, algo que todavía dejo como interrogante, porque depende de las negociaciones entre el Consejo y el Parlamento.

P. España es por séptimo año consecutivo el mayor receptor de créditos del BEI. ¿Cuál es la razón de esta posición?

R. El año pasado prestamos a España 9.300 millones, el 13% del total. Otorgamos muchos préstamos a España porque no tenemos ningún problema en su país. En el banco tenemos una lista de préstamos en observación, no fallidos, que solo representa el 0,3% de la cartera. Pues bien: en esta lista no hay ningún crédito a España. A veces hemos mantenido discusiones en el banco, y Alemania, por ejemplo, ha expresado su sorpresa por esta distribución. Y les he dicho que nunca ha habido ningún problema con los préstamos de España, mientras que a veces si los ha habido con otros países.

P. ¿Esto solo explica esta elevada proporción de préstamos?

R. España ha puesto en marcha un enorme programa de inversiones porque le hacía falta mejorar sus infraestructuras. En España estamos financiando redes de metro, todas las inversiones en trenes de alta velocidad, aeropuertos y puertos. También proyectos muy interesantes basados en nuevas tecnologías especialmente en energía solar. Esperamos que España pueda exportar en el futuro estas tecnologías.

P. Usted conoce muy bien, porque fue testigo directo, la historia del euro desde sus primeros pasos. Algunos economistas que siempre habían confiado en la moneda única han empezado a poner en duda su futuro. ¿Cree que el euro puede fracasar?

R. No creo que el euro fracase. No tengo duda alguna sobre el asunto.

P. La retirada de Axel Weber de la carrera para presidir el Banco Central Europeo (BCE) deja en una situación desairada a Alemania, que tiene mucho interés en el puesto. ¿Cómo ve al futuro sustituto de Jean-Claude Trichet?

R. El presidente del BCE no será nombrado por Alemania, sino por los Estados miembros. Si me pregunta mi opinión, considero que Mario Draghi es un excelente candidato. Lo conozco desde hace muchos años y tiene las cualidades que son necesarias para ser un buen y duradero presidente para el BCE. -