lunes, 13 de septiembre de 2010

Málaga amasa más de diez mil grandes fortunas

La provincia alberga una suma de patrimonios que ronda los ocho mil millones de euros 
Fuente: ALMUDENA NOGUÉS anogues@diariosur.es | Diario Sur, Málaga.
  • En los primeros ocho meses del año se vendieron en la provincia una treintena de coches de alta gama, según Ganvam. Málaga concentra un tercio del total regional.
  • 1.500.000 es el precio medio de una vivienda de lujo en Málaga, el cual ha bajado por la crisis. El 35% de los ahorradores reside en la capital.
  • euros es desde que está la crisis el gasto mensual medio por persona en Puerto Banús.
  • -13%. Según los cálculos de Banif (filial de banca privada de Santander), este es el porcentaje de grandes fortunas que ha restado en los últimos años la crisis en Málaga.
  • 100 euros por comensal es la factura mínima de cualquier restaurante de alto 'standing'. En la provincia hay un centenar.

El perfil de rico coincide con el de un miembro de un grupo familiar de empresarios o profesionales liberales
En plena crisis, paradojas de la vida, los ricos están de moda. Las cadenas de televisión, a sabiendas del poder hipnotizante de sus viviendas de súper lujo y de sus caros hábitos de consumo, se afanan estos días por poner cara a los millonarios españoles (se estima que son alrededor de 440.000). En el caso de Málaga, ingredientes como el clima, las oportunidades de negocio generadas por el sector inmobiliario y el peso del turismo o su estratégica situación geográfica explican que la provincia haya sido históricamente un poderoso imán de grandes fortunas. Algunas de ellas han saltado recientemente a la palestra al calor del tirón mediático. Es el caso de la empresaria Olivia Valere, que encarna el lujo marbellí, o de la argentina Mariana Nannis, esposa de un ex jugador de fútbol internacional. Pero ni mucho menos son las únicas. Según los datos que maneja la banca privada (y que coinciden con los de los técnicos de Hacienda), más de diez mil grandes ahorradores tienen fijada su primera residencia en nuestro territorio, donde amasan cuantías de vértigo que rondan los ocho mil millones de euros. La friolera de casi un millón por cabeza.

Estas cifras convierten a Málaga en uno de los principales rincones andaluces en términos monetarios. Así, la provincia concentra una cuarta parte de las riquezas de la comunidad, lo que a juicio de los gestores de patrimonios revela la «pujanza» de la capital y la Costa del Sol. Eso sí, como al resto de los mortales, la crisis también ha influido en este colectivo. Los cálculos de Banif (filial especializada en banca privada de Grupo Santander) apuntan a que su mercado de potenciales clientes descendió en 2009 un 13% en la región hasta las 46.500 personas, las cuales se reparten 32.000 millones
.
Pieza clave en Andalucía


Y donde huele a dinero, allí que acuden las entidades financieras. Ello explica la fuerte implantación de la banca privada en Málaga. «Para cualquier compañía que desarrolle gestión de patrimonios estar en la provincia es absolutamente vital», resume Carlos Gálvez, director regional de Deutsche Bank Private Wealth Management para Andalucía.

Para este sector de negocio, ser rico es sinónimo de tener, como mínimo 300.000 euros líquidos contantes y sonantes, no invertidos en bienes inmuebles o de otro tipo. Sin embargo, cada cual aplica su baremo. Por ejemplo, en Deutsche Bank son más selectivos y consideran que una gran fortuna es aquella que supera los dos millones de euros. Se trata de la misma filosofía que aplica BBVA Patrimonios, que inauguró a finales de año oficina en Málaga. El objetivo de la entidad es duplicar en tres años los recursos gestionados, con lo que alcanzaría los doscientos millones de euros en patrimonio y los cien grupos familiares clientes del banco.

Hablando de clientela, basta con tener un ápice de curiosidad para plantearse la pregunta ¿cuál es el perfil del ahorrador malagueño? El relato de los profesionales que les ayudan a amasar sus fortunas sirve para trazar una radiografía. Como explican, se trata en su mayoría de grupos familiares (en el 95% de los casos). Normalmente, gestionan su dinero de forma conjunta, aunque la voz cantante la suele llevar una persona de unos 55 años.

Desde el sindicato de técnicos tributarios (Gestha) aseguran que tres de cada cuatro ricos engordan sus cuentas corrientes con el sudor de su frente. Aquí, pues, se viene abajo el primer tópico, como destaca Carlos Gálvez. «El grueso de nuestros clientes son empresarios, ejecutivos o profesionales liberales que han ido creando patrimonios con mucho mérito gracias al esfuerzo de su trabajo. El que recibe una importante herencia es anecdótico. Predominan los empresarios de pico y pala», insiste.

Su testimonio coincide con el diagnóstico que hacen desde Banif. «Hay mucho mito en torno a este colectivo. No todos los ricos viven en Marbella ni conducen grandes coches. Muchos son personas normales y corrientes que han podido ir ahorrando gracias a sectores pujantes como el inmobiliario y los servicios, liderado por el turismo», sostienen.

Segundo tópico desmontado: el grueso de los diez mil acaudalados con residencia en la provincia no tienen una mansión en la Milla de Oro. Fuentes de Banif estiman que el 35% -esto es, un tercio- viven en la capital. El resto están muy repartidos por la provincia, siendo Marbella el segundo imán de riquezas, con un porcentaje del 7%. Le siguen por orden de importancia Fuengirola, Vélez-Málaga y Estepona.

En el caso de la capital, el presidente de la Asociación de Constructores y Promotores, José Prado, explica que las grandes villas se concentran en la zona este, en áreas residenciales de prestigio como el Paseo de Sancha, Gibralfaro, El Limonar, Cerrado de Calderón o El Candado. «Hablamos de casas cuyo coste supera el millón de euros y que son auténticos trajes a medida. Normalmente el propitario adquiere el terreno y encarga el diseño y la construcción a un equipo de su confianza», desvela.

Kristina Szekely -dueña de una prestigiosa inmobiliaria especializada en viviendas de alto 'standing' en la Costa del Sol- subraya el atractivo de la provincia para el mercado del ladrillo de lujo. Preguntada por el tipo de clientes adinerados que compran una primera residencia para asentarse aquí afirma que predominan parejas de mediana edad (sobre todo abogados, notarios, médicos o empresarios) que huyen del estrés de otras grandes ciudades y que valoran desde el clima a las buenas comunicaciones o la oferta educativa, deportiva y cultural de Málaga a la hora de fijar su hogar. Pero ahora miran el precio algo más que antes. «Ahora lo que más se venden son las villas de hasta dos millones de euros y los apartamentos por debajo del millón», cifra esta experta, que comercializa entre seis y ocho de estos inmuebles cada mes.

En el área occidental, las urbanizaciones con más fortunas por metro cuadrado son Sierra Blanca, Los Monteros, (ambas en Marbella), El Madroñal o La Zagaleta (en Benahavís), Guadalmina Baja (San Pedro de Alcántara), Casasola o la Boladilla Alta (Estepona), entre otras. Sus inquilinos las pagan en su mayoría a tocateja. Sin hipoteca que valga, como confirma Pia Arrieta, socia de Diana Properties, quien desvela que entre los requisitos más exigidos para este tipo de viviendas se encuentran el suelo radiante (con calefacción), la piscina interior, las vistas, la seguridad o un garaje amplio. Todo ello, por supuesto, a cambio de desembolsar cantidades astronómicas que en algunos casos llegan a los 20 millones de euros.

Coches exclusivos


Pero las casas en las que ponen sus miras estos ahorradores no son las únicas que suman ceros a sus tarifas. Igual ocurre con los coches. El presidente de la patronal de vendedores Ganvam, Juan Antonio Sánchez, confirma que Málaga es una provincia estratégicamente importante en el segmento de vehículo de alta gama. En agosto se comercializaron cinco unidades de turismos de lujo en el conjunto de la provincia mientras que en el acumulado enero-agosto salieron de los concesionarios malagueños 31 de estos coches, lo que supuso un tercio del total regional: 93.

Entre las marcas más demandadas destacan Audi, Mercedes y BMW. Además, se adquirieron tres Lexus, dos Jaguar y dos Maserati, unidades que en ciertos casos superan los 120.00 euros. Y eso que también les salpica la crisis. «El volumen de negocio ha caído hasta un 60% en este segmento, que no escapa de la atonía general del mercado, que seguirá afectado hasta que el Gobierno adopte medidas», plantea Sánchez.
En lo que a restauración se refiere, y a tenor de los números de los que dispone la Asociación de Empresarios de Hostelería de la Provincia (AEHMA), Málaga suma alrededor de un centenar de restaurantes dedicados a lo que se viene llamando alta gastronomía. Se trata de locales donde la factura rara vez baja de los cien euros por comensal. En la capital destacan el Café de París, Montana, Adolfo o Limonar 40, entre otros. El abanico se abre en el entorno de Marbella, donde se multiplican este tipo de negocios en los que se dejan ver muchos de los ricos de la provincia. El restaurante Calima, del tan de moda chef malagueño Dani García, es quizás uno de los más mediáticos.

El ya mencionado Café de París es otro de ellos. Su responsable, José Carlos García, cuenta que algunos de sus clientes llegan en limusina o en yate, que aparcan en el puerto. En sus fogones, dice, buscan calidad, privacidad y distinción. «Quieren sentirse exclusivos, igual que cuando uno se compra un bolso de Louis Vuitton», ilustra. El menú más demandado de su restaurante cuesta 130 euros, cuantía que algunos rebasan con creces. «El otro día salió una botella Petrus del 98 que costaba 2.100 euros», confiesa.

Desorbitadas también son las sumas que se gastan algunos de estos ricos en tiendas exclusivas de Puerto Banús, el recinto con mayor densidad de tiendas de lujo por metro lineal, como advierte el representante de sus comerciantes Giuseppe Russo. Allí, firmas como Christian Dior, Chopard, La Perla, Louis Vuitton, Jimmy Choo, Carolina Herrera o Loewe compiten por atraer sus Visas Platinum. ¿El gasto medio? Russo lo revela. «Antes de un crédito mensual de 20.000 se gastaban casi el 90%, ahora intentan no pasar de los 6.000 por la situación de crisis», advierte.

Pero no todos son tan extravagantes. Así lo reivindican los profesionales de banca privada, que reiteran que el grueso de sus clientes son acaudalados anónimos, que llevan la discreción por bandera. A la hora de gestionar sus ahorros, suele ser conservadores. No corren altos riesgos, diversifican y se dejan asesorar siempre con un mismo fin: preservar su capital y lograr que su poder adquisitivo crezca por encima de la inflación.